Nuestro Fundador: Monseñor Luis Gutiérrez Martín


Monseñor Luis Gutiérrez Martín
‘In aedificationem vestram’
Misionero Claretiano, Obispo de Segovia (02.VII.1995 – 09.XII.2007)
Navalmanzano (Segovia), 26.XI.1931 – Colmenar Viejo (Madrid), 22.VI.2016


Nacido en Navalmanzano (Segovia), el 26 de noviembre de 1931. Recibió de sus padres ese espíritu castellano que hace de la sinceridad norma de vida y tiende la mano para ayudar a quien lo necesite.
A los once años ingresa en el Seminario claretiano de Segovia. Pasará después breves etapas en Salvatierra (Álava) y Beire (Navarra), completándolo con un tiempo más prolongado en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). Siempre tendrá Luis Gutiérrez en su ánimo un marcado afecto a estos lugares y a sus gentes.
Ordenado sacerdote en 1956, es destinado a Roma a cursar estudios de especialización en Derecho Canónico, coronando su currículo escolar con el Doctorado “in utroque iure”. La brillantez que manifiesta en sus estudios aconseja a sus superirores a incorporarle al Centro de estudiosos juristas que la Congregación claretiana ha tenido en Roma, y en el que descollaron prestigiosos canonistas: Maroto, Larraona, Tabera, Servo Goyeneche, A. Gutiérrez, entre otros.
Ejerció la docencia en los Colegios Mayores de la Congregación en Roma y Salamanca, y ofreció servicios de asesoramiento en la Embajada española ante la Santa Sede, haciéndose acreedor de una cordial amistad con el Embajador D. Antonio Garrigues.
El Concilio Vaticano II motivó la revisión jurídica y pastoral de los institutos religiosos. La Congregación claretiana se sumó también a esta exigencia. Para llevarla a efecto, la Provincia claretiana de Castilla, con casa central en Madrid, requirió al joven jurista y profesor para ponerse al frente de la nueva andadura que había que iniciar. A los treinta y seis años fue nombrado superior provincial, al frente de trescientos profesos, sacerdotes en su mayoría, dedicados a la enseñanza y al trabajo parroquial principalmente.
Inmediatamente impulsó la actividad misionera asumiendo compromisos en dos zonas de las Repúblicas de Panamá y Honduras. El método de evangelización se apoyaba en acciones sociales tales como cooperativas agrícolas, madereras y un pequeño hospital en las islas de San Blas, en el Caribe.
Durante sus doce años de provincial colaboró significativamente con la Confederación de Religiosos de España (CONFER) desempeñando el cargo de Presidente. Fue en esta época cuando se creó el servicio social SERAS para religiosos y religiosas, tanto de vida activa como contemplativa. Un servicio de máxima importancia en la atención sanitaria de dicho colectivo y de ayuda pensionada para los religiosos de edad avanzada.
Experimentado en el gobierno de una provincia religiosa y experto en cuestiones jurídicas, el Cardenal D. Vicente Enrique y TarancónArzobispo de Madrid, le confió el cargo de Vicario Judicial. En la Curia de justicia de calle La Pasa se tramitaban muchos expedientes de nulidad matrimonial. Eran también muchos los agentes de justicia y, como en todo proyecto humano, habían surgido algunas corruptelas impropias de la justicia que había de aplicarse a la institución matrimonial. 

Al Padre Luis se le confió la no fácil tarea de dar rumbo seguro a este servicio diocesano. Logrado este objetivo, después de siete años, fue consagrado Obispo con el título de Obispo de Tisedi y Auxiliar de Madrid, el día 23 de octubre de 1988, siendo ya Arzobispo de la capital el Cardenal Ángel Suquía. De la densa y variada actividad que como Vicario General de Curia desarrolló, cabe destacar su eficaz colaboración en la desmembración de la Archidiócesis de Madrid, de la que surgieron las diócesis de Alcalá de Henares y Getafe como sufragáneas de la de Madrid. En 1995, 12 de mayo, fue designado Obispo titular de Segovia, sucediendo en esta diócesis a D. Antonio Palenzuela Velásquez. Tomó posesión el día dos de julio de ese mismo año. Era Arzobispo de Madrid D. Antonio Mª Rouco Varela. La nueva diócesis segoviana, pequeña en territorio, habitantes e instituciones, suponía, lógicamente, carencias de todo tipo que obligaron a poner a prueba la capacidad de trabajo y el espíritu de iniciativa del nuevo Obispo. En lo institucional se acomodó el llamado Seminario Nuevo para instalar en él la nueva Curia diocesana, la Escuela de Teología San Ildefonso, la Casa de Espiritualidad Ntra. Sra. de la Fuencisla, la Librería, y todas aquellas actividades relacionadas con el desempeño del servicio de Curia diocesana. El señor Obispo puso sumo empeño en lograr las correspondientes subvenciones estatales para restaurar la Iglesia y antiguo Convento de Jesuitas. Fueron concedidas en su momento, pero el nuevo gobierno de la nación, de signo político diverso a quien concedió la ayuda, no la ejecutó. Mientras todas estas actividades se fueron desarrollando se buscó rehabilitar el Palacio Episcopal del siglo XVI-XVII y destinarle a fines culturales en beneficio de la Diócesis y de Castilla y León. En el ámbito cultural y pastoral, el obispo Luis Gutiérrez creó la Escuela de Guías de Arte Religioso, del que la diócesis de Segovia ofrece tantas y valiosas muestras. Como pastor de la diócesis, una de sus mayores preocupaciones fue la formación de los laicos y su participación en la actividad parroquial y diocesana. En esta línea de intenciones puso el mayor empeño en la creación de Unidades Parroquiales para hacer frente a la situación de despoblación de los núcleos rurales. 

Mons. Luis Gutiérrez era hombre de justicia dando a cada uno lo suyo, buscando siempre la solución de la concordia y evitando enfrentamientos. No fue hombre de política, si bien trató en muchas ocasiones y en buena armonía con los políticos. En las relaciones Iglesia-Estado defendió los derechos propios y la mutua colaboración.

En el área del Patrimonio cultural prestó un eminente servicio como Co-Presidente de la Comisión Mixta de Patrimonio en Castilla y León y Presidente de las Edades del Hombre. En la Conferencia Episcopal formó parte de las Comisiones de Educación cristiana y Catequesis, y de la Comisión Mixta de Obispos y Religiosos. Por encargo de la Santa Sede, ejerció de Asistente de los Monjes Jerónimos durante el tiempo de su ministerio pastoral en Segovia.

Obras publicadas:
  • La Dispensa de la Ley del celibato eclesiástico. CMF Publications. Phoenix (USA), Roma 1967.
  • El Privilegio de nombramiento de Obispos en España. Roma, 1967. Ed. CpR, 225 págs.
  • También los clérigos bajo la jurisdicción del Estado. Roma, 1968. Ed. CpR, 270 págs.
  • La incapacidad para contraer matrimonio (Pont. Univ. de Salamanca, 1987, 177 págs.)
  • Voluntad y Declaración en el Matrimonio (Pont. Univ. de Salamanca, 1990, 193 págs.).
  • Los Monasterios de Monjas (Segovia, 2003)
  • El Régimen de la Diócesis (UPSA, 2004)
Hay que añadir sus frecuentes colaboraciones en revistas, de modo especial en “Vida Religiosa” y “Commentarium pro Religiosis”.

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